Montag, 28. September 2009

El Viento que Sopla

El viento y el Espíritu Santo son muy parecidos. En el hebreo y griego se usa la misma palabra para ambas cosas. Y en Juan 3:8 Jesús hace un énfasis en la similitud entre el viento y el Espíritu Santo. ¿Qué tiene que ver esto contigo? ¿Qué es ser llevado o guiado por el viendo de Dios?

Las personas sin criterio ni conocimiento de Dios no son capaces de comprender los caminos del Espíritu Santo. La mente no conectada con el Espíritu no puede entender lo cosas que mueve Dios en las vidas de sus hijos. El estrés del mundo, sabiduría humana, sentido común y el deseo obtener el éxito por uno mismo, hace al hombre creer que el único estilo de vida es la ambición, el orgullo por logros obtenidos y encontrar placer en las cosas de este mundo. Por lo tanto, no pueden comprender la motivación ni las decisiones de los ciudadanos del Reino de los cielos (con esto me refiero a ti) quienes son impulsados, guiados y manejados por el Espíritu Santo. Los valores del Reino de Dios son un misterio para aquellos quienes han puesto su mirada en este mundo.

¿Está siendo tu vida impulsada por el Espíritu Santo de Dios? Si tu vida es predecible y razonable para los estándares de este mundo, pues lo siento mucho, pero tu vida no está siendo guiada por Él. Tampoco está siendo guiada si tus acciones pueden ser fácilmente explicadas por el mundo. Ya que por lo general
cuando tu vida estás siendo guiado por Él realizas cosas que al mundo parecen no ser lógicas. Existe un gran contraste entre los caminos de la carne y los caminos del Espíritu. Existe un valor eterno detrás de los valores que Jesús predicaba. Existe una ciudad celestial para aquellos que se niegan a sus ambiciones y deseos terranales.

Ten mucho cuidado de llevar una vida que sea aceptable a la conveniencia humana. La mente pecadora del ser humano rehúsa a lo eterno por lo temporal y a la santidad por lo profano. A partir de este momento comienza a llevar una vida guiada supernaturalmente por Dios, una vida impulsada por Dios. Se impulsado por su Espíritu Santo. El sopla a donde él quiere y nos lleva a lugares donde el mundo no puede ir.

"El viento sopla por donde quiere, y lo oyes silbar, aunque ignoras de dónde viene y a dónde va. Lo mismo pasa con todo el que nace del Espíritu". Juan 3:8

Fuera de Control

Lee Marcos 4:35-41

Existe algo muy reconfortante acerca del hecho que se narra en Marcos 4, cuando Jesús calma las olas y el viento que los están rodeando y asustando en la barca. No importa si estas olas o vientos fuertes en tu vida que se traducen como circunstancias difíciles, problemas familiares, cosas que nos difíciles de control, etc. No importa que te este atormentando o asustando, Él lo puede controlar.
Pero lo que no concuerda, es que muchas veces pareciera que Él no toma el control. Nosotros al igual que sus discípulos en la barca, al sentimos amenazados por esas cosas que nos están rodeando le decimos a Dios: “¿No te importa si nos ahogamos?” (versículo 38). Es muy difícil estar de frente ante la tormenta y asumir que Dios tomará control de todo y hará que los vientos y las olas se calmen. Muchas veces Dios permite que estas olas nos golpeen. Quizá Dios lo permite para que hacer énfasis en el versículo 40 “¿Todavía no tienen fe?” o para que a través del tiempo aprendamos a dar una buena respuesta a esa pregunta. Sea cual sea el motivo de Dios, lo alarmante de todo esto es que nosotros no podemos calmar la tormenta hasta que seamos capaces de unirnos a la afirmación descrita en el versículo 41 “¿Quién es éste, que hasta el viento y el mar le obedecen?”
La seguridad que tú tienes de parte de Dios es que Él llegará y calmará la tormenta en su tiempo. Es tan seguro como lo fue para los discípulos en esa barca. El no iba a permitir que ellos se ahogaran, no importaba que tan asustados estuvieran, Jesús los iba a rescatar. Incluso cuando todo parece fuera de control, Él está en control. Existía un propósito perfecto por el cual Él esperó un tiempo hasta decidir ir a rescatarlos. A Dios no se le pasa ningún detalle de tu vida. El sabe perfectamente cuando asistirte y permitirte que veas su mano en tu tormenta, Él lo hace en el momento perfecto.

¿Qué te tiene en este momento preocupado o asustado? ¿Te has sentido fuera de control últimamente? Quizá las tormentas con las que luchas diariamente te han dejado agotado y les temes. Ya no temas más, Dios está en control absoluto de cada una de ellas. Él es la autoridad absoluta sobre todas las cosas en tu vida, si tú le crees a Él. Existe un tiempo perfecto en sus decretos, y tu tormenta no va a durar más allá de lo que tenga que durar, no va a durar más allá del propósito que tiene Dios con esa tormenta para tu vida.
Aprende a reconocer quién es Él, únete a Él y descansa en Él. Ve y reposa en la barca con Jesús; esa tormenta que vez por la ventanilla ya está siendo controlada por Dios, nada ni nadie te podrán hacer frente porque Jehová está contigo.